Escribir sobre un viaje

Escribir sobre un viaje

En la época moderna y contemporánea, el género ensayístico ofrece una maleabilidad estilística y formal que ha sido utilizada por eminentes escritores y escritoras para transmitir las impresiones y reflexiones de sus viajes.

Este género proporciona una libertad estructural, estilística y temática que se adapta bien a nuestros objetivos. Montaigne  con su obra Essais fue el creador de este género y dio origen al nombre, motivado por sus propias características: la variedad de temas, el enfoque subjetivo, la libertad de estilo.

La finalidad interpretativa y didáctica del género ensayo deja traslucir la visión personal del autor, que puede además hacer gala de un estilo propio, alcanzando incluso un nivel literario que manifiesta su personalidad artística.

Ello no impide el análisis sistemático y exhaustivo de un tema. La maleabilidad estructural del ensayo permite vehicular enfoques diversos y originales, añadir sugerencias, anécdotas, ejemplos, argumentos, declaraciones, entrevistas, citas de autoridad, referencias a otros textos.

El ensayo se presenta en una gran variedad de estructuras externas: libro de autor, antología, artículo de periódico. La propuesta es también que sea un vehículo de expresión pera ser visitado en un blog.

La búsqueda de originalidad desemboca en el tratamiento de temas variados, con tonos distintos y en el uso de recursos expresivos. El tema del viaje permite al mismo tiempo introducir otros contenidos: la cultura, las costumbres, el arte, la literatura, el idioma, descripción de paisajes, hábitos culinarios, las vestimentas…

El relato del viajero se realiza desde enfoques cambiantes: analítico, crítico, informativo, confesional, y se reviste de diversos tonos –satírico, lírico, irónico, burlesco, humorístico- al servicio de la intencionalidad del emisor.

El receptor-lector adquiere relevancia. El texto ensayístico suele manifestar la intención de establecer un diálogo, con alusiones y llamadas al lector. Las características del receptor condicionan el estilo, que será ameno, personal y atractivo.

La flexibilidad del ensayo permite que sea utilizado en diversos ámbitos, ya sea en literatura, periodismo, ciencias humanas. En cuanto a la forma, se relaciona con otros géneros, como la carta, la autobiografía, puede aparecer en una novela como digresión reflexiva. El ensayo es un género abierto que permite introducir las diversas tipologías textuales, aunque dominan la exposición y la argumentación. Los objetivos del autor –artísticos, científicos, informativos o divulgativos- marcan el empleo que se hace del lenguaje, que puede oscilar desde la precisión y claridad exigibles en cualquier ciencia a la pura creación artística.

UN POCO DE GRAMÁTICA no viene mal:

El autor busca un estilo personal, que resulte bello y sugestivo para el lector, sin dejar de lado la claridad. Lo subjetivo se expresa mediante: – Uso de la 1ª persona del singular, o del plural cuando el autor quiere implicar al lector. – Oraciones enunciativas, pero también las interrogativas o exclamativas y exhortativas (el autor se dirige al lector). Los cambios de modalidad subrayan la emotividad de las ideas y dan variedad a la prosa. – Presencia del receptor. Uso de la 2ª persona, pronombres tú, ustedes; empleo del presente (tiempo que comparten emisor y receptor); formas seudodialogadas con imperativos. Los recursos retóricos ayudan al alcanzar el estilo personal y ameno. La sintaxis puede ser elaborada o bien el estilo puede ser cortado, impresionista. En el vocabulario aparecen tecnicismos, sustantivos abstractos, adjetivos valorativos, léxico connotativo. En conclusión, el ensayo ofrece un amplio cauce y flexibilidad expresiva para transmitir la experiencia del viajero.

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